Luego de la tensión propia que genera un cambio de gobierno y de las negociaciones que llevaron a cabo los representantes de los partidos conservador y laborista con los del partido Liberal Demócrata como consecuencia de los resultados electorales (el Hung Parliament), se puso fin a la incertidumbre con un desenlace que ha dejado a los británicos contentos por un lado pero desconcertados por otro.

Considero que Nick Clegg ha sido el protagonista más importante en el Reino Unido en las últimas semanas y el más exitoso de la política británica de los últimos tiempos. El candidato antisistema que fue catalogado como el outsider que tuvo una buena presentación televisiva, pero nada más, ha logrado en esta campaña política mucho más de lo que muchos pensaban. El líder del Partido Liberal Demócrata ha conformado -junto con el Partido Conservador- el gobierno de coalición que tendrá a su cargo los destinos de Gran Bretaña en los próximos cinco años.

Dejando atrás las rivalidades de la campaña y las diferencias entre Liberales Demócratas y Conservadores, los ahora aliados pusieron fin a trece años de gobierno del Partido Laborista y han dado inicio a una nueva etapa en la política británica: la de un gobierno de coalición fuerte y estable.

David Cameron y Nick Clegg aparecieron juntos en su primera conferencia de prensa en los jardines del número 10 de Downing Street. La señal que han dado al mundo es de dos políticos jóvenes, cercanos, parecidos, coincidentes y muy amigos. Ambos pensando en el largo plazo y destacando las coincidencias y la necesidad de trabajar en equipo para poder llevar adelante las reformas que el pueblo británico espera. Los analistas han reconocido que las semejanzas en sus vidas personales y la química entre ellos fue uno de los factores que contribuyó a minimizar las diferencias y a lograr celebrar el acuerdo al que han arribado. Ambos políticos provienen de lo que acá denominan “Oxbridge” (quienes estudiaron en las prestigiosas universidades de Oxford y Cambridge), ambos son simpáticos, tienen matrimonios felices y esposas embarazadas, visten en forma muy similar y hasta se expresan de forma parecida. Se trata de dos miembros de la élite británica que llegan al poder juntos.

En su primer mensaje a la nación, el líder de los conservadores ha anunciado el inicio del Gobierno Liberal-Conservador, haciendo incapié en que se trata de un esfuerzo compartido y conjunto. Ha puesto énfasis en que juntos harán un gobierno basado en tres principios fundamentales: la libertad, la justicia y la responsabilidad. Los nuevos líderes de Gran Bretaña buscan darles a sus ciudadanos un liderazgo fuerte y estable. Cameron recalcó que con sus decisiones están dándole a su país una nueva e histórica dirección, una basada en la unidad y en la esperanza, de convicción y de propósitos comunes.

Para los Liberales Demócratas, quienes perdieron asientos en el parlamento, el acuerdo de coalición les ha traído enormes ventajas y un posicionamiento que hará cambiar muchas cosas en el Reino Unido. Una de las señales más claras es que los conservadores les han dado a los Liberales Demócratas cinco ministerios, además de haber nombrado a Nick Clegg como Deputy Prime Minister, con especial responsabilidad en las reformas políticas y constitucionales. 

David Cameron y Nick Clegg están renovando la clase política en el fondo y en la forma. Su estilo, sus ganas de hacer cosas realmente importantes y su capacidad para poder dejar de lado sus diferencias y concentrar sus esfuerzos en un proyecto común, son cosas que reconoce y aplaude el pueblo británico. Los pasos que han dado han marcado un hito con un antes  y un después en la política británica. El principal propulsor de estos cambios ha sido Nick Clegg con su Partido Liberal Demócrata.

En los próximos meses se debatirán y posiblemente aprobarán en el parlamento importantes reformas políticas-electorales y otras de carácter tributario, temas en los que conservadores y liberales demócratas no estaban de acuerdo. Luego de ver cómo se han comportado en estas semanas estoy seguro de que su alianza de gobierno prevalecerá frente a cualquier diferencia que pueda existir. Es así que le auguro mucho éxito al nuevo gobierno británico, que nace con fuerza y con una legitimidad ganada con inteligencia, diálogo y entendimiento. Una gran lección para pueblos como los nuestros, donde la clase política pocas veces se logra poner de acuerdo en asuntos importantes y en donde los protagonismos y el cortoplacismo de los que lideran las viejas organizaciones partidarias no permiten llevar adelante las reformas que países como los nuestros necesitan. En países como los nuestros hace falta hacer lo que ha hecho Nick Clegg en el Reino Unido: renovar una clase política lenta y avejentada.