Adelante y la nueva opción política
Susana Villarán nos hizo entender que la izquierda puede renacer de la mano de un outsider. Hoy, Villarán representa lo que Barrantes representó en su tiempo. Frente a ella concurren una centro derecha sin forma y sin ideología. Castañeda, Fujimori (Keiko), Toledo, no enseñan una línea clara de lo que quieren. Pueden ser, según la ocasión, derecha popular, derecha a secas, centro, etc. Ninguno de ellos representa un modelo de país, como en su tiempo lo hizo el Movimiento Libertad, que fue la llegada de ideas modernas, de una corriente fresca que, además, remeció el escenario y cambió la política para siempre.
Adelante, partido inscrito, fundado por Rafael Belaunde, es un referente atractivo que nos recuerda al Movimiento Libertad, pues encarna la defensa de la libertad política, económica e individual de una manera íntegra y honesta. Puede ser así un centro de confluencia de otras organizaciones y personas, como lo fue Libertad respecto a partidos democráticos como Acción Popular y el Partido Popular Cristiano. Asimismo, podría consolidar un bloque liberal que sea una contrapropuesta a Fuerza Social y al humalismo.
Convendría darle una mirada a este partido, que entre los pequeños y nuevos tiene la promesa de romper con el esquema de la vieja política. Cuando Rafael Belaunde funda Adelante le da una identidad ideológica clara y propone como sustento dotar de poder al ciudadano y a las provincias. Su doctrina, a diferencia de muchos partidos, es clara. Es, además, reformista. Asume que la agenda ya no es el crecimiento. El Perú crece y seguirá creciendo. La agenda es la reforma del Estado para que la riqueza fluya, no se estanque y llegue a los más pobres.
¿Tiene Adelante la posibilidad de ser la opción liberal? Creo que sí, siempre que aglutine a los mejores y a quienes pueden sumar su capacidad y concordar sus propuestas. Pienso en un gran frente que sea la contrapartida de la izquierda moderna en el Perú. Ese es el reto de Belaunde y será el reto de los partidos y los profesionales que asuman como suya la propuesta radical de Adelante de cambiar el Estado, esto es, de ponerlo, por fin, al servicio del ciudadano.
De todos los partidos frescos y jóvenes, esta es una alternativa que debiéramos mirar y que no se puede perder. Los líderes, tanto de Adelante como de las tiendas que se acerquen, deberán pensar con realismo y comunicar ese realismo a las bases. Hace falta una alternativa diferente a las que vemos en las encuestas, que coloque a gente capaz y talentosa en el Parlamento. No perdamos de vista esa opción.